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Piedra, papel o tijeras

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Hay más de 133 mil personas desaparecidas y no localizadas, entre los Estados de la República con mayor número de desapariciones se encuentran: Ciudad de México, Estado de México, Nayarit, Sonora y nuestra Puebla.

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¿Qué vale más? ¿La piedra, el papel o las tijeras? Piedra destruye las tijeras, pero es envuelta por el papel, éste es cortado a su vez por ellas, es un juego justo, equitativo, todos ganan, todos pierden, es tan fácil como la vida misma o quizá no…

La piedra fue envuelta, perdió la semana pasada, sí, la piedra, de este material se encuentra hecha la fuente de San Miguel, la que se ubica en el centro del zócalo de la ciudad de Puebla, algunas de las diversas piedras de dicha fuente fueron rotas por el papel de un movimiento feminista, aunque claro, llegó el poder de las tijeras subiéndolas a las patrullas para luego presentarlas ante el ministerio público, el papel perdió ante las tijeras.

En este gran juego al que la humanidad le ha llamado vida, a veces gana la piedra, a veces el papel, a veces las tijeras, pero en este caso ¿habría alguien con mayor razón?

Ese día, el 30 de agosto, se conmemoraba el Día Internacional de las Desapariciones Forzadas, la Asamblea General de Naciones Unidas en el año 2010 lo había establecido con el fin de recordar a quien no están, pero también a las víctimas, los familiares que las y los buscan. De esta manera algunos colectivos en la mañana realizaron manifestaciones, algunas en fiscalía, diversas marchas, pero hubo una que se trasladó al centro de la ciudad de Puebla, todo transcurría e paz, hasta que algunas personas de un grupo feminista comenzó a romper las piedras de la fuente de San Miguel, por videos mostrados en algunos medios de comunicación algunas personas les dijeron que no lo hicieran, realizado el acto de envolver la piedra con el papel, la policía detuvo a algunas de ellas.

Distintos medios de comunicación han mostrado los videos criticando la destrucción de la fuente, también algunos puntos de vista de la ciudadanía poblana condenando los hechos “vandálicos” contra el patrimonio de la ciudad, pero entonces, porqué el papel le ganó a la piedra ¿porqué?

El tema de las desapariciones en nuestro país no es sencillo, según datos oficiales hay más de 133 mil personas desaparecidas y no localizadas, entre los Estados de la República con mayor número de desapariciones se encuentran: Ciudad de México, Estado de México, Nayarit, Sonora y nuestra Puebla.

El 17 de noviembre del año 2017 se publicó La Ley General en Materia de Desaparición Forzada de Personas, Desaparición Cometida por Particulares y del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, la misma define como Persona Desaparecida a la persona cuyo paradero se desconoce y se presuma, a partir de cualquier indicio, que su ausencia se relaciona con la comisión de un delito, y a la Persona No Localizada: a la persona cuya ubicación es desconocida y que de acuerdo con la información que se reporte a la autoridad, su ausencia no se relaciona con la probable comisión de algún delito.

La Ley establece distintos principios: efectividad y exhaustividad, debida diligencia, enfoque diferencial y especializado, enfoque humanitario, gratuidad, igual y no discriminación, interés superior de la niñez, máxima protección, no revictimización, participación conjunta, perspectiva de género, presunción de vida, verdad y proporcionalidad.

Define la Ley los delitos de Desaparción Forzada de Personas, la desaparición cometida por particulares, los vinculados con la desaparición, impone sanciones administrativas a servidores públicos, crea además la Comisión Nacional de Búsqueda, obliga a las fiscalías a tener fiscalías especializadas y establece, digámoslo así, los pasos a seguir para la búsqueda de personas.

La ley a diferencia de otras, es resultado de la violencia vivida en el país desde la primer década del presente siglo, violencia ejercida contra las personas desaparecidas, pero quienes viven día a día son quienes se hacen oír, que se hacen visibles ante la sociedad, ellas y ellos son los familiares, madres, padres, hermanas, hijos, abuelas, personas que se despidieron, vieron, oyeron a su ser querido esa última vez, al regresar al hogar y llegar los minutos, las horas y no saber nada, comenzar a hacer llamadas, preguntar, ir al último lugar donde estuvieron y nada, simplemente nada, llamar a la policía, llegar la burocracia de las fiscalías, empezar a difundir la alerta amber, en redes, en carteles, con vecinos, en los lugares donde fueron vistas y nada, pasan los días y nada, la angustia pesa más que todo el planeta y nada, llega el primer mes y nada, y así llega el primer trimestre, llega el año y nada, se enteran que hay otras personas en la misma situación, seres humanos que se dedican a buscar, pero una gran diferencia es que ahora también buscan en terrenos, en fosas, no saben si viven o ya murieron, no queda de otra, se busca certeza, el abrazo último con su familiar desaparecido, sea como sea, ojalá vivo pero sino, al menos con sus restos, en verdad no creo que se pueda describir la desesperación, angustia e impotencia en que se vive.

Sí, se rompió la fuente de San Miguel, sí es un delito, sí es patrimonio de la ciudad, pero la fuente se restaura, llegarán expertos a quitar y poner piedras, pasarán los meses y su belleza quedará reestablecida, las y los poblanos y turistas la verán y ni siquiera se enterarán que hubo algún daño ese 30 de abril, pero ¿y las familias? esas personas que siguen buscando, ellas y ellos ¿qué? Los sin respuesta se pueden restaurar, pueden volver a adquirir su belleza frente a la vida, un servidor no lo cree.

Recordemos que el ser humanos desde hace miles de años se maneja a través de símbolos, estos trazos llamados escritura, son símbolos, de esa forma la piedra rota simboliza el sufrimiento de las y los familiares de las personas desaparecidas, el papel envolviendo a la fría piedra, a los fríos procesos jurídicos, a miles y miles de carpetas de investigación sin moverse, sin investigarse, al fin y cabo para algunos son estadísticas, simples números, simples piedras, pero NO, son personas, son seres humanos angustiados por los suyos, por los que aman, por ello el romper piedras, por envolver la piedra con el papel no debería ser causa de persecución, de procesos judiciales, de encarcelamiento.

Ahora se señala a las feministas por vandalismo, por romper las piedras, pero esos mismos que gritan desconsolados por una fuente que tiene remedio, ojalá y exijan a las autoridades traten con dignidad a quienes buscan, que al menos reciban a los colectivos, encuentren en los ministerios públicos y agentes de investigación a un aliado con hechos concretos para encontrar a los suyos.

No llamamos a la violencia, que no se confunda, no es que en toda manifestación se rompan cosas, no, pero estos simbolismos deben de hacernos voltear la cara, cimbrar nuestra conciencia y dignidad para, al menos, solidarizarnos con las familias de desaparecidos y dejar al final que el papel le gane a la piedra…

Mi respeto y oraciones a las familias, su lucha es la más loable y noble de todas las luchas.

Militia est vita. T serve amore et serve

Publicado originalmente en Ambas Manos.
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Material gráfico
Misael Chirino Durán
Fotografía
Ramón Tecólt González

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