
Pódcast: el formato de posibilidades infinitas
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Tal como ocurría en las épocas en las que la gente se juntaba para sintonizar La mano peluda, Kalimán o La tremenda corte, la Comunidad Universitaria de la IBERO Puebla se reunió para escuchar una producción de IBERO 90.9: Delirios Crónicos, “un programa donde se narran historias que parecen inventadas, pero no lo son”.
La sesión de escucha ocurrió en el marco del Día del Pódcast, un formato de comunicación que heredó la calidez y potencial imaginativo de la radio y se convirtió en una compañía portátil y diversa. Así lo confirmó el autor de Delirios crónicos, Daniel Maldonado Méndez, en un diálogo dinámico con el alumnado y profesorado de la Licenciatura en Comunicación.
Basta con navegar en la plataforma de audio preferida para encontrar una cantidad inagotable de archivos: los hay para relajarse, activarse y hasta aburrirse; para cocinar, correr o manejar; para escuchar con audífonos o en bocinas, en soledad o en compañía. “Hoy en día hay un pódcast para todo”, aseguró Daniel Maldonado.
El histriónico locutor y productor radiofónico comparó las palabras con la plastilina: al principio son duras, grasosas y amorfas; después de trabajarlas y jugar con ellas, se convierten en algo más lindo y accesible. “La palabra y el sonido son las dos herramientas más baratas que tenemos […] para contar básicamente todo”.

Desde el auge de la radio en la segunda mitad de los años 40, quedó demostrado que el formato sonoro, un “medio cálido” tal como lo calificó Marshall McLuhan por su cercanía con la audiencia, era un caleidoscopio de realidades: un “teatro de la mente”. Maldonado Méndez aseguró: “No hay nada que le pueda ganar a nuestra imaginación”.
La IBERO Puebla celebró el Día del Pódcast con diversas actividades. Entre ellas, la siembra del “jardín del pódcast”: una instalación por todo el campus con decenas de recomendaciones de programas memorables en formato de audio.
No obstante, el panorama actual se caracteriza por los contrastes. Por un lado, el experto aseguró que la radio está en una crisis de contenidos derivada de la optimización de recursos y el desinterés de las audiencias por consumir historias de gran formato.
Por ello, la elección de las palabras es clave para crear contenidos que sorprendan y enganchen a las personas. Aconsejó explorar las propias pasiones y convicciones para empezar un pódcast, pero también arriesgarse a comenzar desde lo absurdo o el sinsentido. “Busquen qué les apasiona y vuélvanse unos obsesionados del tema. […] Si alimentan sus pasiones, alimentarán un conocimiento específico”.
El audio tiene la bondad de la innovación frugal: es posible crear desde cero, con la imaginación como frontera y a partir de cualquier tema. La complejidad radica en establecer reglas sobre lo que se quiere contar para encontrar la perspectiva adecuada y ofrecer aquello que las personas estaban esperando —a veces, sin saberlo—. “No importa a cuánta gente le hablemos, sino lo que les digamos”, concluyó.
