
2 de octubre, sí se olvida
Autoría: Gilberto Rafael Rodríguez Moreno
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Era un simple juego entre jóvenes, se calentaron los ánimos y se originó una bronca, al llegar la policía (cuerpo de granaderos), aplacó la riña al mero estilo mexicano, antes, ahora y espero que no sea por siempre la prudencia policiaca y alta capacitación, con los protocolos por delante detonaron la indignación de la juventud y parte de la sociedad del entonces Distrito Federal.
Se organizaron, se formó el Consejo Nacional de Huelga, uno de sus tantos eventos fue la marcha del silencio, se imaginan una manifestación de estudiantes sin ruido, en total silencio, pues dicha marcha se efectuó el 13 de septiembre de 1968, el movimiento no podía tener más legitimidad. Pasaron los días y el gobierno priista no pudo más, las olimpiadas iniciaban el 12 de octubre, delegaciones de todo el mundo estaban llegando a México, no se podía aguantar más, se tenía que detener a “los revoltosos” para la buena imagen del país, así llegó el 2 de octubre y sucedió lo que sucedió, tan solo 10 días después, la gran fiesta mundial (occidental) se pudo llevar a cabo siendo un éxito, mostrando un país moderno, fuerte y por supuesto democrático.
Como docente he tenido y tengo el privilegio de platicar con las y los estudiantes sobre el tema durante los últimos años, sin generalizar claro, he visto como poco a poco las respuestas van siendo más escuetas, cortas o simplemente no se tiene ni idea de lo que sucedió, quizá algunos con la idea de haber existido una matanza contra estudiantes, si bien va.
2 de octubre, sí se olvida
Pero entonces ¿cuál es el problema? Parece “choteo”, pero como diría el filósofo y escritor George Santayana: “Quienes no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”, pero entonces la pregunta que nos hacemos es: ¿qué podemos repetir del suceso del 68 o quizá ya repetimos?
En este 2025, olvidar la violencia policiaca, el no diálogo, la necedad y cerrazón de diversas autoridades no parece muy lejano. Los diversos sucesos del 68 que culminaron en Tlatelolco, como movimiento político parece olvidarse actualmente lo que se pedía, se exigía: respeto, dignidad, buen trato, diálogo.
Las nuevas generaciones, al olvidar la esencia del movimiento, solo recordar la matanza, lo cual es y será siempre lamentable, ve solo el final de la “película” por así decirlo, se luchaba por una mejor democracia, mayor libertad, renuncia de los corruptos, de los malos gobernantes, libertad de presos políticos que por desgracia hasta el día de hoy los hay, el pago de indemnización a familiares, deslinde de responsabilidades de los actos de represión y vandalismo por parte de las autoridades mediante la policía, los granaderos y el Ejército, como se puede observar, lo que se pedía hace más de 50 años se sigue solicitando en diferentes movimientos sociales, por desgracia son actuales, por ello, el 2 de octubre del 68 se debe recordar, simplemente por ellas y ellos, por los miles que marcharon, por los cientos de detenidos y por las decenas de personas acaecidas ese día.
Iin omni amore et serve